5 de septiembre de 2011

No te lo pongas

Es la hora. Sales de casa, has quedado con él, estás preciosa. Te has puesto el vestido que a él tanto le gusta, aunque a ti no te termina de convencer.
Has tenido un día estupendo y tienes muchas ganas de contárselo, de salir a pasear y ver el mundo con otros ojos. Pero te recoge, en vaqueros, sin mirarte. Y te da un leve beso en los labios. Le dices de ir a dar una vuelta.
- No, estoy cansado. Mejor vamos a casa.
Aún así estás contenta, porque estás con el, y os podéis tumbar en la cama, y poneros al día de vuestras cosas. Pero llega, se sienta, y coge su consola, o un libro, o se pone a ver la tele. Tú, aún así, insistes. Le empiezas a contar lo bien que te ha ido el día, todo lo que has conseguido hoy. Y él, indiferente, a lo suyo. Te callas ni si quiera se da cuenta de que ya no le hablas. Hoy parece que no existes para él.
- Me debes una cena, acuérdate.
Con toda la cara, toda la tarde a lo suyo, y ahora te exige una cena. Enfadada te levantas a la cocina y te pones a hacer la cena. Entonces viene, preocupado.
-¿Te has enfadado?
-No
-¿Seguro?
Asientes con la cabeza.
-Ven.
Te coge de la mano y te lleva a la habitación. Te pone enfrente suya, y te mira, con esos ojos que te derriten, y se lo perdonas todo.
-Vas preciosa.
Te aparte el pelo de la cara y te besa suavemente. Te vuelve a mirar, con deseo. Y te sientes la chica más guapa del mundo.
-Si llego a saber que te ibas a poner así de guapa me hubiese arreglado yo también para salir a cenar...
Y lo dice así, y se queda tan a gusto. Y a ti se te remueven las entrañas. Pero no hay vuelta atrás porque entonces te coge de la cintura, y te besa, una y otra vez, por todas partes. Te tumba en la cama, te susurra que te quiere. Te quita ese horrible vestido que no te gusta, pero que a él le encanta y hoy ni si quiera se ha dado cuenta de el. Te sientes liberada. Y te dejas llevar.
Al fin y al cabo, la noche tampoco tiene porqué estar tan mal.



Esto va por todos aquellos vestidos que nos ponemos sin que nos terminen de gustar, y al final hacen que las cosas siempre salgan mal. Porque cuando un vestido no nos gusta, estamos incómodas, y no nos sentimos seguras. Por eso siempre hay que elegir aquello que nos haga sentir como princesas, y no solo me refiero a los vestidos....


Hasta la próxima, besitoos =)

2 de septiembre de 2011

Una chica más

Un parque desierto. Cuatro árboles mal puestos se zarandean por el viento. De fondo se oyen los gritos de un niño que llama a su amigo. Los coches, a lo lejos, forman un ruido monótono y tranquilo. No hay nadie en la calle. Es pronto, pero hace frío y amenaza lluvia. A la vista tan solo hay un viejo hombre, abrigado hasta las orejas, paseando a su ya anciano perro. Lo disimula, pero no lo consigue, el hombre mira extrañado a una joven morena, inclinada sobre un cuaderno de escritura, con un viejo maletín de piel al hombro. Supongo que el hombre se preguntará qué hace una joven en el parque escribiendo con el mal tiempo que hace. Intenta evitarlo pero no puede dejar de mirarla.

Ella, inmutable, no levanta la vista del cuaderno. El frío ha hecho que sus uñas se tiñan de morado y que sus nudillos enrojecidos comiencen a pelarse. Bajo tres capas de ropa se estremece con cada ráfaga de viento. El pelo enredado se le cruza ante los ojos, impidiéndole ver por momentos, pero nada de esto hace que la joven se distraiga de su labor. 

Tras unos instantes en los que el hombre se ha quedado mirándola, absorto en sus pensamientos, un móvil rompe el silencio. Mira a la chica, que no reacciona, y busca a más gente a su alrededor, pero están solos. Tras unos segundos la chica mete la mano en su bolsillo y saca el teléfono. Mira la pantalla distraída. Sonríe. Se para. Descuelga y avisa de que ya va. Coge el boli y acaba la frase. Lo guarda todo y, mirando al hombre, deja lo que estaba escribiendo sobre el banco.

El hombre, inmóvil, hace que no la ve y espera a que la joven gire por la esquina. Es entonces cuando se apresura a recoger la hoja.

Con los pelos de punta, sin poder creer lo que leía, soltó el perro y el papel y echó a correr desesperadamente tras la misteriosa muchacha.


El look perfecto para una tarde de misterios e intrigas...


Hasta la próxima, besitooos =)

1 de septiembre de 2011

Un día largo

Hoy me he levantado sabiendo que iba a ser un día agotador y, efectivamente, lo ha sido. Mi post de hoy será muy cortito, estoy realmente cansada.
Para un día largo y pesado como hoy, que mejor acompañante que un vestido corto y fresquito que nos haga sentir cómodas en cualquier momento, sin agobios, y además, a la última por supuesto. 
El look de Rachel Bilson me parece perfecto para afrontar un duro dia de trabajo de una manera cómoda y sin perder un ápice de estilo.

Os prometo que el próximo post será mucho mejor, y estará a vuestra altura chicas. Hasta la próxima, besitoos =)